Orgullo argentino eterno. 

Ricardo Iorio, padre del heavy metal nacional

 
Por Agustín Baccá.

“¿Por qué falsear?, si ser uno es ganar ¿Por qué engañarse y mentirse? Sé vos, nomás, y al mundo salvarás, aunque muchos lo hagan difícil”.

Esta mañana la muerte de Ricardo nos despertó con un shock de realidad y tristeza difícil de digerir. Tenía sólo 61 años. Según confirmó su abogado Juan Ignacio Vitalini, el músico sufrió un infarto y murió camino al hospital de Coronel Suárez, localidad del sur de la provincia de Buenos Aires. Y con él se va un pedazo de todos los metaleros que lo quisimos, lo admiramos y respetamos de verdad.

“Y el terror, ya floreció. La mutilación, ya comenzó. Se agudiza el llanto y la gente padece por un ideal. Mil hombres se enfrentan sembrando destrucción total”.

Siempre pionero, a finales de los años 70´ Ricardo formó V8, la banda que demostró que en el culo del mundo también se podía hacer heavy metal. Iorio se hizo cargo del bajo y las letras. Tras cambios de integrantes, todos recordamos la formación clásica de Iorio, Zamarbide, Civile y Rowek

Todavía no puedo creer estar escribiendo esta necrológica con la panza vacía, a puro mate y tristeza..

Entre las canciones que más atravesaron a sus seguidores se destacan “Muy cansado estoy”, “Deseando destruir y matar”, “Cautivos de un sistema”, “Brigadas metálicas” y -nos ponemos de pie- el himno inoxidable “Destrucción”. 

“Las voces de discotecas no tienen cabida, En esta movida. Yo repudio toda esa careta, de mersa coqueta. No callaré, porque me sobra aguante. Y alzo mi voz, evitando el ablande”.

Disuelto V8, a finales de los 80´ nace Hermética, la banda más importante de la música pesada de todos los tiempos y de toda Latinoamérica (bueno, quizás cerquita de Sepultura). El grupo duró apenas seis años, pero fue suficiente para romperle la cabeza a todos los metaleros. Su formación clásica contaba con Iorio, O`connor, Tano Romano y Pato Strunz. Además del bajo y de las letras, Iorio empezó a acercarse al canto. ¿Quién mejor que él para expresar lo que salió de su pluma? Canciones clásicas insuperables como “Atravesando todo límite”, “Memoria de siglos”, “Gil trabajador”, “Soy de la esquina”, “Tú eres su seguridad”, “Víctimas del vaciamiento” y mi preferida “Vientos de poder” supieron, hablarle directo y sin vueltas, al pueblo laburante, con narrativas tejidas al calor de la precarización, los bastonazos policiales y la marginalidad del no futuro. Mientras Menem paseaba en Ferrari y coqueteaba con Xuxa desde la Casa Rosada.

Hermética fue el pico máximo de su talento y potencia. Sólo resta seguir con el puño en alto aclarando siempre que la H no murió

“Sin rumbo fijo, hacia delante voy. Andar andando, sólo andando por andar. Llevar mi vida acelerando sin pensar, en regresar o en detenerme”.

Y como fue su costumbre, disuelto Hermética -en su mejor momento, popular y musical-, nace Almafuerte. No voy a perder tiempo hablando de peleas, pases de facturas o traiciones. Hoy no. 

Bueno, la cuestión es que Ricardo llamó al talentoso Claudio Marciello en guitarra y a Claudio Cardaci en batería (luego reemplazado por Rodolfo Márquez, luego reemplazado por Walter Martínez, luego reemplazado por Bin Valencia). Ya queda fijo en el micrófono y unos discos después finalmente Iorio renuncia al bajo, incorporando a la banda al bajista Beto Ceriotti

Si algo diferencia a Almafuerte de sus bandas anteriores es la mejora inigualable en su sonido, de la mano de productores como Flavio Cianciarulo o Ricardo Mollo en los discos Del Entorno y Almafuerte respectivamente. 

Almafuerte nos dejó temazos como “El pibe tigre”, “Sé vos”, “El visitante”, “Lucero del alba”, “Presa fácil”, “Del colimba”, “Sirva otra vuelta pulpero”, “Del más allá”, “Convide rutero”, “Toro y Pampa” y “A vos amigo”. 

En 2017 Ricardo confirmó la disolución de Almafuerte y anunció que se dedicaría a su carrera solista. 

Como todo buen metalero prefiero quedarme con esto y no con la máquina de picar carne que llevó a lamentables declaraciones en los medios de comunicación, ya sea de corte discriminatorio como de payasadas televisivas. Él siempre fue un tipo duro pero con alma sensible, empática y conectado con su público. Ojalá haya encontrado la paz. 

Igual sigo sin poder creer que Iorio murió. La san concha de Dios.

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