Parece una ilusión pero el plan ya está en marcha: Argentina podría convertirse en exportador de energía en el corto plazo. La reconversión hacia la productividad es el norte que se impuso en esta nueva etapa YPF, de la mano de Horacio Marín el presidente y CEO de la petrolera, con su plan 4×4. Esto significa cuadruplicar el valor de YPF en cuatro años.
“En Argentina tenemos que trabajar en la productividad lo que no implica echar gente sino hacer las cosas mejor, con más eficiencia y menos costos”, señaló Marín a la revista Newsweek.
Para esto, Vaca Muerta tiene un rol preponderante. Ubicada en la cuenca Neuquina, es la segunda reserva de shale gas del mundo y la cuarta de shale oil. Su desarrollo podría duplicar la producción de crudo del país en los próximos años para alcanzar el millón de barriles diarios, lo que generaría exportaciones por 18 mil millones de dólares anuales en 2026.
“A YPF la salvó Vaca Muerta si no hubiese quebrado, no tengo dudas”, aseguró Marín, por eso el anuncio a comienzos del 2024 de inyectar en Vaca Muerta 3.000 millones de dólares, la mayor inversión de la historia de la petrolera. “La ventana es ahora, no es el 2040 ni el 2050, porque los países europeos pueden hacer contratos ahora”, decreta Marín.
Mientras tanto ya comenzó el proceso para desprenderse de los pozos convencionales maduros. Para septiembre espera haber transferido los clusters a las nuevas manos. Además esta etapa contempla posibles ventas de YPF Brasil, YPF Chile, Refinor y dos plantas en La Plata.
Ya está cerrado un acuerdo con Toyota para aplicar los procesos de industrialización de la industria automotriz a la de hidrocarburos. “Con esto YPF va a ser imbatible”, promete Marín.
El objetivo principal es lograr que el país exporte 30.000 millones de dólares para el 2030 “con YPF liderando el presente y el futuro de la energía del país”, prometen desde la petrolera. Y la ilusión es grande.
