Por: Sofía Llamedo.
Si repasamos los legendarios estadios de la cultura del rock en la Argentina, el de Racing es uno de los más emblemáticos. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota tocaron dos veces en 1998, Viejas locas en 2012, y hace muy poco La Renga realizó 4 banquetes, entre algunos otros shows.
El linaje rockero del Cilindro no es poca cosa, y Wos fue el primero de la escena urbana en habitarlo para presentar su tercer disco, Descartable. En una corta pero intensa carrera musical nadie puede negarle el recorrido: de improvisar rimas en las plazas a llenar lugares como Groove, Obras, Luna Park, Argentinos Juniors, y girar por varias partes del país y del mundo.
Avellaneda tomó color desde temprano con vendedores de remeras, stickers, choripanes y fanáticos del artista. En una noche calurosa para ser fines de abril, y 45 minutos después del horario previsto, se encendieron los motores de una especie de máquina industrial que montaron como escenografía. Allí un grupo de operarios trasladaban material de construcción y otros bajaban por las pantallas de los costados.
Con una intro de tecno-pop que hipnotizó al público “Nuevas Coordenadas” fue la elegida para abrir el show de lo que será la gira mundial de su tercer disco. Se reflejaron las siluetas de los músicos en la pantalla gigante, mientras el rapero permanecía solo en el medio:encontrar la luz en lo que realmente importa. Los primeros pogos no tardaron en llegar con “Descartable” y “⅞” con una energía insuperable.
”Buenas noches, que lindo estar acá. Qué especial está la noche. Cuídense entre ustedes. Cuiden sus cosas. Gracias por este recibimiento”, aseguró Valentín Oliva ante las 40 mil personas presentes.
Si de algo se lo caracteriza al joven rapero es la capacidad de generar climas claroscuros a tráves de sus profundas letras y sonidos. En esta ocasión, lo logró con una gran dirección de luces y cámaras que perseguía su rostro y movimientos para conformar este ritual. Algo más conocido como Wide Screen. Nada sería posible, sin los “animalitos”: Tomás Sainz en batería, Mariano Tiki Cantero en la percusión, Natasha Iurcovich con el bajo, Ivanna Chipi Rud y Facundo Yalve (Evlay) en guitarra, Francisco Azorai en teclados y en los vientos: Franco Espíndola, Lucas Gire y Ezequías Aquino.
Minutos después, Wos apareció en el extremo izquierdo para escupir la letra de “Puaj” a todo freestyle. El primer gran invitado de la noche y quien inauguró la gran pasarela fue Ca7riel en “Niño gordo flaco”. Con un solo de guitarra explosivo que no podía faltar, los músicos se vieron coronados con unos fuegos artificiales que colorearon el horizonte, pero no detonaron.
Continuó el enérgico y arrollador “Que se mejoren”, que Valentín definió como “un mantra para quien consideren que lo merezca”. Otro momento épico de la noche, fue el hit mundialista “Arrancármelo” que lo interpretó junto a Evlay en la pasarela. El drone recorría el campo repleto de flash encendidos que acompañaron la ceremonia. Con la piel de gallina expresó: "Gracias por la calidez”.
Luego llegó el turno de “Que se haga tarde” del nuevo disco y un momento de improvisación de beatbox y percusión. Allí Wos dirigió al baterista y percusionista a gusto, probablemente como lo aprendió de su padre Alejandro Oliva, de La Bomba de Tiempo. Toda esa magia desembocó en un freestyle con alusiones al Cilindro y la luna de Avellaneda.
La referencia a Los Redondos la esperaban todos los presentes: se olía en el aire y se escuchaba por lo bajo hasta que llegó “Luz delito”. La melancólica “Caída libre” fue la antesala del ritual donde la voz del Indio Solari volvió a sonar después de 25 años en el Estadio Presidente Perón, esta vez cantando “Quemarás”. La marea formada por varias generaciones agradeció el homenaje a los rituales ricoteros y al Mister al ritmo de “Olé, olé, olé, Indio, Indio”.
Valentín se tomó unos segundos para agradecer y analizar: "Algo que atraviesa el disco, es la necesidad de los rituales, de encontrarse. Pero son esos rituales propios los que nos conectan con lo importante para cada uno, y en tiempos donde se pone tensa la cosa, es difícil poder acudir a estos rituales. Y uno de los que quiero vivir es este que estamos construyendo entre todos acá”.
Dillom subió al escenario para hacer “Cabezas cromadas” y hacer vibrar a todo el estadio. Casi para cerrar la noche, quien cerró la lista de invitados fue Natalia Lafourcade quien subió descalza, agradeció por “invitarla a su intenso y mágico mundo”, y trajo desde México toda su calidez para interpretar “La niebla”.
“Púrpura”, canción con la que solía cerrar sus shows, sirvió de introducción a “Cambiando la piel” donde incluyó un freestyle en lugar de los versos de Nicki Nicole. La cumbia de “Melancolía”, producida por Gustavo Santaolalla, calentó los cuerpos para la recta final.
“La cochería” demostró que lleva el ritual en la sangre y para cerrar la noche “Canguro” hizo vibrar el estadio, a lo que los presentes respondieron con cánticos contra Javier Milei. Otra vez resonó la frase ricotera “fijate de qué lado de la mecha te encontrás”, ahora en boca de Wos.
Con un setlist de casi dos horas y medias donde buceó por tres álbumes, un show de vanguardia y seis años de carrera, el pibe de 26 años escapa de lo común y no va a lo predecible, él sí sale de lo Descartable de la época. Un artista que reflexiona sobre el mundo, pero también se sumerge y deja ver las profundidades de su alma.
PH - portada: Juli Garcia.
Cobertura audiovisual: Malena Berardi
