Por Sofía Llamedo.
Es la cuarta vez que la estrella británica desembarca en Argentina: la primera tuvo lugar en 1990, la segunda en 2001 y la tercera en 2011. En todas esas ocasiones se presentó en el Estadio Monumental. A sus 79 años, Eric Clapton junto a su grandiosa banda brindó un show deluxe para 30 mil personas que llenaron el Estadio Vélez Sarsfield.
Pero antes, los encargados de ir armonizando la noche fueron nada más ni nada menos que nuestro gran David Lebón con una carrera ilustre como solista y un mítico pasado en el que tocó con Pappo's Blues, Pescado Rabioso y Serú Girán. Luego fue el turno del increíble blusero estadounidense Gary Clark Jr.
Minutos previos al comienzo, el autor de "El tiempo es veloz" llegó entre la multitud ovacionado por los presentes y se acomodó en su butaca en el campo sentado como un fanatico más.
Con una puesta en escena de un estudio íntimo y una puntualidad inglesa, a las 21 hs la leyenda salió a hacer lo que mejor sabe hacer: hipnotizar con su música. La ovación fue instantánea y todos hablaban de su look, un jean clásico, una gorra negra, mocasines marrones, pañuelo en la garganta, campera negra y sobre ella un poncho.
El primer tema que eligió para tocar las cuerdas de su guitarra fue uno de sus grandes hits, “Sunshine of your love” de su época de Cream. Continuó con dos covers: “Key To The Highway” originalmente de Charles Segar, donde también toca B. B. King, y “Hoochie Coochie” de Willie Dixon. Para cerrar la primer seguidilla de temas, “Badge” demostró en el disfrute de su público que, si bien los años pasan, no hicieron efecto sobre el mágico Clapton.
“Kind hearted woman” (de Robert Johnson) fue la encargada de abrir el set acústico que fue recibido con aplausos y el coro del estadio repleto. “Muchas gracias, thank you", repitió en varias oportunidades. Luego con los músicos que lo acompañaron también sentados en formato unplugged, tocó sus clásicos “Running on faith” y “Change de world”, intercalando su reciente estreno y adelanto de su próximo disco: “The call”.
Sin dudas, el sonido y su equilibrio entre el rock y el blues, son perfectos, y lo volvió a demostrar navegando en distintos matices en canciones como: “Nobody Knows You When You’re Down and Out” y “I Belive in life”. Finalizó el set acústico con la emotiva “Tears In Heaven”, donde las pieles se erizaron ya que está dedicada a su hijo que murió trágicamente a los 4 años de edad.
Volvió a la guitarra eléctrica con su versión de “Behind the mask” de Michael Jackson, que la enganchó con “Got To Get Better In A Little While”. Clapton se sacó la gorra para interpretar “Old Love” donde se volvieron a lucir los músicos de primera clase que lo acompañaron. Ellos eran: Doyle Bramhall II (guitarra, voces y uñas plateadas), su viejo compañero Chris Stainton (piano, teclados), Tim Carmon (órgano Hammond, teclados), Nathan East (bajo, voces), Sonny Emory (batería) y las cantantes Katie Kissoon y Sharon White.
Antes del final, dio cátedra en “Crossroad blues”, “Little queen of spades” y la infaltable “Cocaine”. El single que escogió para despedirse fue “Before You Accuse Me” junto Gary Clark Jr. donde Clapton salió a escena con una guitarra con los colores de la bandera de Palestina. Con un Estadio de pie agradeciendo poder ver una vez más a una leyenda pisar nuestras tierras y disfrutar en sus oídos la excelencia, el mítico y mágico Eric Clapon demostró en un show deluxe que su voz y su destreza para tocar, siguen intactas.
PH: @gallo_rockpix y Gabi Sotelo